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ABURRIRSE COMO UNA OSTRA

Basta sólo pensar en el pobre molusco, en su "frenética" actividad, en todo lo que se desplaza, en el tiempo que tarda (si es que le apetece), en fabricar una perla, en sus relaciones sociales con otros habitantes marinos... La formación de una perla en la naturaleza es una casualidad, ya que se presenta cuando una diminuta partícula o parásito ingresa accidentalmente en la ostra, y esta comienza en un acto de defensa a protegerse y cubrirla con una mezcla de carbonato de calcio y conchiolina que comunmente se conoce como nácar.
En realidad, esta es la imagen de aburrimiento que tenemos de tan peculiar ser, pero a título de curiosidad hay que decir que las ostras cambian de sexo varias veces al año y que pueden llegar a vivir ni más ni menos que cincuenta años. Son un placer para el paladar, sin aporte calórico. Eso sí, dicen los gourmets que a partir de los cinco años pierden bastante sabor.
Lo que sabemos a ciencia cierta es que son conocidas mundialmente por su alto poder afrodisiaco, así como que nos aportan mucho zinc, fósforo y calcio, haciendo que el estado de nuestro pelo y dientes sea mejor. La ironía popular, siempre alerta, ha construido la variante "aburrirse como una almeja", más de andar por casa, más humilde y cercana.
Yo os deseo que este post os haya resultado curioso y divertido