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COMO PEDRADA EN OJO DE BOTICARIO

Este dicho se usa para expresar que algo le viene a uno muy a propósito de lo que está tratando. Su sentido sería similar como "al pelo", o "como anillo al dedo".
En las antiguas boticas existía un estante en forma ovalada, en el que se almacenaban con esmero los productos más preciosos y delicados del quehacer farmaceútico, sobretodo los estupefacientes, que solía estar colocado en un lugar seguro del establecimiento, como la "rebotica", parte trasera de la apoteca.
A este lugar se le llamaba técnicamente cordialera, y en lenguaje familiar, "ojo de boticario". Dada la importancia de este compartimiento y de su prestigio a los ojos del pueblo, brotaría la comparación "ha venido como pedrada en ojo de boticario".
Sbarbi, en su Gran Diccionario de Refranes, nos ofrece, además de esta, otra versión. Algunas farmacias antiguas tenían en su portada una mano abierta, con un ojo en cada dedo, como símbolo de la exactitud y delicadeza con que han de prepararse los medicamentos.
Siguiendo con la investigación, descubrimos que por ojo de boticario también se alude a una redoma o damajuana de vidrio que, al llenarse de tintura liquida hacia las veces de gigantesca lente de gran ángulo. Se colocaba en un lugar estratégico de la botica con el propósito de que su propietario pudiera vigilar a través de su reflejo quien entraba y salía del establecimiento, hallándose de espaldas. Una pedrada que rompiese ese "ojo de boticario", facilitaría mucho las cosas a alguien que quisiera entrar a una botica sin ser visto.