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EL ARAGON DE BECQUER

Al poeta sevillano , como buen espíritu romántico, le pudo lo oculto y lo fantástico. En los rincones de su cerebro, dormían los extravagantes hijos de su fantasia.

El tema brujería y esoterismo ejerció especial influjo sobre el, al punto de dedicar buena parte de sus versos al asunto, muchos de ellos recogidos en sus Rimas y Leyendas, tales como el Monte de la Animas.

Uno de los episodios de la biografía de Gustavo Adolfo Becquer que da ejemplo de esa atracción, tuvo lugar en la localidad aragonesa de Trasmoz, en la que pasó un tiempo; concretamente en el Monasterio de Veruela en la sierra del Moncayo, que le sirvio de inspiracion para" Cartas desde mi celda".

Trasmoz le gustó, tanto como su tradición milenaria hechicera; ya que el pueblo fue excomulgado en el sigo XIII, por celebrar aquelarres y fiestas paganas, existiendo varias brujas que tenían el poder de curar. Realmente los elixires y ungüentos , se elaboraban con plantas que aparte del bienestar físico, facilitaban el contacto con lo trascendente.

En "Cartas desde mi celda", Becquer alimentó el halo de misterio que rodea a la localidad. Una de las brujas mas famosas, la Tia Casca, fue asesinada en 1850, poco antes de la llegada del poeta al lugar, y arrojada colina abajo por el propio pueblo, ya que la consideraban una de las causantes de todas las desgracias de la localidad.

"Me bastó distinguir sus greñas blancuzcas que se enredaban alrededor de su frente como culebras, sus formas extravagantes, su cuerpo encorvado y sus brazos disformes, que se destacaban angulosos y oscuros"

Trasmoz, un pequeño pueblo del Somontano del Moncayo, coronado por los restos de un castillo, supuéstamente diabólico, cuya silueta se recorta contra el mítico monte.


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