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LA PALABRA TESTIFICAR Y OTRAS LEYENDAS URBANAS

Testificar, en su acepción judicial, significa declarar como testigo en algún acto judicial.
Esta palabra, sin embargo tiene un origan peculiar, poque sin remontarnos al Juramento de Jacob (Gén.4731), se dice que de acuerdo con la tradición romana, cada persona llamada al foro a juicio como testigo, se comprometía a decir verdad realizando un gesto ritual que consistía en tocarse los testículos con la mano derecha.
Por su parte, el término latino testiculus significa "testigo de virilidad", que es resultado de unir la palabra testis (testigo) con culus (diminutivo). En consecuencia, la palabra testículos significaría, en latin "pequeños testigos".
Para los romanos, como todos bien sabemos a través de la literatura y el cine, la sexualidad era una fuente importante de la vida. Por lo tanto ¿sobre que cosa más sagrada se podía jurar que sobre la propia virilidad?.
Puede ser una leyenda urbana, al igual que la de la Papisa Juana, cuya leyenda os relato.
Según cuenta la historia hubo una mujer, que haciéndose pasar por hombre de convirtió en Papa entre los años 855 y 857.Juana era hija bastarda de un monje, que se ocupó de su bienestar en el seno de la Iglesia. Cuando falleció León IV, consiguió que el Colegio Cardenalicio la eligiera como nuevo Papa.
Consiguió mantener la ficción durante dos años, cuando, en medio de una procesión, comenzó a sentir las contracciones de su avanzado embarazo y dio a luz en publico. Una muchedumbre enfurecida acabó con ella.

Sea como fuere, a partir de entonces la Iglesia obligó a que se verificaran los atributos sexuales de los futuros Papas, para que no les volvieran a dar gato por liebre.
Así, se encargó a un escolástico que examinara manualmente los testículos del nuevo pontífice a través de una silla perforada. Cuando acababa la inspección, y si todo estaba bien, debía pronunciar una sentencia: "Duos habet et bene pendentes", que en nuestro español significa "Tiene dos y cuelgan bien".
Cierto o leyenda, curioso y divertido.