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VIVIR DE GORRA
Este popular dicho nos remonta al siglo XVI, en que las ciudades con universidad estaban llenas de estudiantes procedentes de otros lugares que, hambrientos y con escasos recursos al estar lejos de sus familias (que en la mayoría de los casos habían hecho un sacrificio económico desmesurado para poder enviarlos a estudiar), se las tenían que ingeniar para llenar el estómago al menos coste posible.
El hambre agudiza el ingenio, y así estos estudiantes se empezaron a colar en cualquier celebración en la que hubiera comida gratis.
En bodas, bautizos, comuniones, funerales y cualquier otro acto social donde hubiese comilona, se colocaban estratégicamente en un rincón para no destacar ni ser detectado, y ataviados con capa y una gorra que continuamente se quitaban en señal de respeto hacia los invitados que se acercaban a su zona, se atiborraban en el menor tiempo posible por si los descubrían, al menos llenar el estómago antes de ser echados del evento, y se les empezó a conocer como "capigorrones".
En España se dice "tener más cara que espalda", y en otros países como Inglaterra se aplican otras palabras como "tener mas fachada que Harrods". Los grandes almacenes ocupan una manzana entera y son uno de los iconos de la capital británica.
" En todas casas cuecen habas, y en la mía, a calderadas", esta incluida en el capitulo II de El Quijote, y aparece en boca de Sancho Panza.
Nuestra cultura está llena de refranes y frases que repetimos a diario, pero de las que no sabemos su procedencia.